miércoles

Los órganos del equilibro


A ambos lados del cráneo, dentro del hueso que rodea la parte interna de nuestros oídos, hay un ingenioso y pequeño mecanismo denominado laberinto. Ambos laberintos constituyen nuestro sistema vestibular. Su correcto funcionamiento es esencial para la coordinación motriz y el control postural. El sistema vestibular permite al cuerpo darse cuenta de si está tendido o erguido así como de si está parado o en movimiento. Está diseñado para detectar la posición y el movimiento de cabeza en el espacio. Tiene dos componentes, los órganos otolíticos y los canales semicirculares. Los primeros detectan nuestra orientación debida a la gravedad. Contienen células nerviosas sensoras en forma de cabellos en diversas orientaciones. Unidas a ellas están los delgados cristales calizos. Cuando inclinamos hacia delante, hacia atrás o ladeamos la cabeza, la fuerza de gravedad tira de los cristales calizos que están orientados hacia ella. Estos cristales estimulan las células cabello para que envíen señales al cerebro, haciéndole saber dónde está situada la cabeza en el espacio. Los canales semicirculares detectan el movimiento de la cabeza en el espacio. Hay tres delgados tubos dispuestos como la letra “C”. Uno yace horizontal y los otros dos se asientan verticalmente formando ángulos rectos con el primero, pudiendo registrar las tres dimensiones del espacio. En conjunto, trabajan como un nivel de burbuja, detectando constantemente los cambios de posición de la cabeza. Contienen células nerviosas sensoriales en forma de cabello y líquido. Cuando movemos la cabeza en una dirección concreta, el líquido se queda atrás, ya que se resiste a moverse a causa del rozamiento, presionando a las células capilares hasta estimularlas para enviar señales al cerebro, al que mantienen constantemente informado sobre el lado hacia el que movemos la cabeza.

La coordinación del resto del cuerpo depende de la información aportada por el sistema vestibular. (
http://www.howstuffworks.com/balance.htm)

Cuando los canales semicirculares están en una posición correcta respecto a la fuerza de la gravedad, su orientación básica supone que el tubo horizontal del fondo es paralelo al suelo y los otros dos, perpendiculares. El Dr. T. M. Roberts, un experto en la fisiología de los mecanismos posturales, desembridó que en unas 30 especies diferentes de mamíferos que había estudiado, la cabeza estaba situada de tal forma que el fondo del canal semicircular era paralelo al suelo. Sin embargo, cuando estudió a los seres humanos de ahora, descubrió que en su mayor parte colocan la cabeza de tal forma que el canal del fondo forma un ángulo con el suelo. Picado en su curiosidad, Roberts descubrió que si estimulaba a un sujeto hasta que estuviera alerta, éste situaba la cabeza ligeramente hacia delante y hacia arriba, volviendo a colocar el canal profundo en posición horizontal, y variando en este sentido también su postura.
Meredith Page, profesora de técnica alexander.




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